A finales de 1910 la música se integra en el Futurismo cuando el músico Pratella presentó sus manifiestos: el Manifiesto de los músicos futuristas, 11 de octubre de 1910 y el Manifiesto de la Música futurista, 11 de marzo de 1911.
Sin embargo, será el pintor Luigi Russolo quien producirá una verdadera revolución en la concepción de la música de su tiempo, valorando el espacio e incorporando el ruido a la composición sonora y al espacio artístico. El 11 de Marzo de 1913 Russolo lanza su manifiesto El arte de los Ruidos, manifiesto que dota al Futurismo de una base teórica en la que apoyar su investigación en la creación de un arte fundamentado en los sonidos propios de la era moderna, los ruidos “esta evolución de la música es paralela al multiplicarse de las máquinas, que colaboran por todas partes con el hombre” .
Este manifiesto supuso un cambio radical en la concepción y percepción sonora de la música dándole importancia al espacio vital del momento, al espacio de la nueva era industrial caracterizada por los nuevos sonidos del progreso. No es por tanto extraño que no fuera un músico quien revolucionó la concepción sonora, Russolo fabricó unos nuevos instrumentos-mecanismos, junto a Ugo Piatti, capaces de generar los nuevos sonidos-ruidos aparecidos en la revolución industrial, los Intonarrumori, y ellos a su vez organizados para la orquesta del ruido.
Russolo manifestará que la era industrial ha creado hoy tal variedad y concurrencia de ruidos, que el sonido puro, en su exigüidad y monotonía, ha dejado de suscitar emoción, por lo tanto es necesario vincular espacio y música para mantener vigente la experiencia sonora, “Hay que romper este círculo restringidos de sonidos puros y conquistar la variedad infinita de los sonidos ruido [...] disfrutamos mucho más combinando idealmente los ruidos de tren, de motores de explosión, de carrozas y de muchedumbres vociferantes, que volviendo a escuchar, por ejemplo, la “Heroica” o la “Pastoral”” . Este manifiesto será dedicado al músico Pratella y formula la utilización del ruido dentro de un contexto musical. El Futurismo enriquece el campo de los sonidos a través del sonido-ruido, como consecuencia de las nuevas variedades sonoras surgidas del desarrollo de una sociedad industrializada donde constantemente están apareciendo nuevos sonidos.
Russolo señalaba que ésta ampliación ruidística no sólo debe ser producto del desarrollo de la industria, sino que, además, el artistas debe intentar descubrir nuevas estrategias para la creación de nuevos sonidos, nuevas máquinas capaces de crear, generar y modificar nuevos tonos. “Nosotros queremos entonar y regular armónicamente y rítmicamente estos variadísimos ruidos [...] el arte de los ruidos no debe limitarse a una reproducción imitativa [...]. Los movimientos rítmicos de un ruido son infinitos” . No obstante, en el Futurismo también se debe advertir que los sonidos provenientes de la naturaleza serán observados como generadores de sonidos con propiedades musicales. En este aspecto, Russolo inventa una nueva notación musical para interpretar los entonarruidos, explicado en su Grafía enarmónica. El manifiesto del los ruidos estuvo acompañado de la presentación de sus Intonarumori, que en su conjunto formaban una orquesta de ruidos. Tras una serie de conciertos en París, Praga y Londres estos nuevos instrumentos no tuvieron el más mínimo interés desapareciendo los treinta que existían. La orquesta estaba dividida por 6 familias muy estructuradas de ruidos como eran: estruendos, silbidos, susurros, chirridos, percusiones y voces. Además estos intonarumori revolucionaron la representación convencional de lo que había de ser la música.
Russolo incorpora los sonidos observados en la naturaleza, máquinas.... a la experiencia musical, los redescubre ampliando la experiencia sonora y modificando la concepción del espacio y del sonido. El espacio comienza a ser escuchado con otros oídos más libres, menos acomplejados, alejados de la rigidez de la música tradicional, los artistas plásticos entraban en el campo sonoro, concibiendo el sonido como una materia más a su alcance con la que trabajar, decía Russolo que la característica principal del ruido era la de remitirnos brutalmente a la vida. Se empezaba a vislumbrar la necesidad y la valorización del espacio dentro del campo sonoro.
Los futuristas supusieron un cambio radical en la concepción de la música, saliéndose de los esquemas y dándole valor a los ruidos ampliaron considerablemente el espectro sonoro que existía hasta el momento. Como concluye Russollo en su manifiesto "He podido concebir la gran renovación de la música por medio del arte de los ruidos" . Su gran aportación fue descubrir el mundo de sonidos que le rodeaba, oír su presente e incorporarlo a la escena artística.
El arte de los ruidos: Luigi Russolo
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